Visitando el Mirador de Orellán
Guía Turística León
La última vez que subí al Mirador de Orellán cometí el error de llevar unas zapatillas blancas nuevas. De esas impolutas.
Ya te imaginas cómo acabaron. Naranjas. Para tirar.
Te lo digo ya: aquí vas a mancharte. El polvo rojizo de Las Médulas se mete hasta en las costuras, pero sinceramente, da igual. Cuando te apoyas en esa barandilla de madera y tienes todo el paisaje marciano a tus pies, se te olvida lo de las zapatillas y lo que te ha costado aparcar (que esa es otra).
Mucha gente va a Las Médulas, se da el paseíto fácil por abajo entre los castaños, ve la cueva grande y se marcha a comer. Error.
Si no subes a Orellán, no has visto nada.
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Subir en coche: la trampa de Google Maps
Lo del coche es un tema. Si miras el mapa, parece que puedes llegar motorizado hasta la misma puerta del mirador. Y a ver, por poder, puedes. La carretera existe.
El problema es la realidad: salvo que vayas un martes de noviembre lloviendo, lo normal es que no pases. Te vas a encontrar una valla o a un guarda con cara de pocos amigos mandándote para abajo. A mí la última vez me tocó dar marcha atrás en una cuesta donde el embrague empezó a oler a quemado que daba gusto. Un show.
Hazme caso: deja el coche en el aparcamiento del pueblo de Orellán y sube andando.
¿Cansa? Pues sí. La cuesta se las trae, sobre todo el primer tramo que es asfalto empinado. Llegas arriba resoplando y buscando agua, pero son 15 o 20 minutos. Tampoco es el Himalaya. Y oye, ir viendo cómo asoman los picos rojos entre los árboles mientras subes… tiene su punto.
El dilema de las galerías (y el casco sudado)
Cuando llegas arriba, verás una caseta de madera junto al mirador gratis. Ahí es donde te cobran por entrar al túnel. Creo que solté 3 euros la última vez.
Y aquí viene la gran duda que veo siempre en la cola: «¿Pagamos o con el mirador de fuera vale?».
A ver, tema galerías. Si tienes claustrofobia, olvídate. Ni te acerques.
Te calzan un casco de obra que huele a cerrado (te dan una redecilla, menos mal, porque por ahí ha pasado media España sudando) y te metes en una cueva. Tienes que ir agachado un buen rato, casi a oscuras, tocando unas paredes que rezuman humedad. No es el plan más agradable del mundo si te agobian los sitios estrechos.
Pero luego… sales.
Y el balcón del final es una locura. Estás literalmente colgado en el vacío. No es que sea «bonito» ni chorradas de esas, es que acojona un poco (en el buen sentido). Impresiona diez veces más que el mirador de fuera porque lo ves desde las tripas de la montaña.
Solo por ese tortazo de aire fresco en la cara y la vista de la caída, ya te compensa el mal rato del túnel y los 3 euros.
¿Cuándo ir para no acabar harto de la gente?
Esto es importante. Las Médulas un sábado de puente a las doce de la mañana es el infierno. Autobuses descargando, gritos, palos de selfie por todos lados… un horror. Se carga toda la magia.
Yo probé a quedarme el otro día hasta el atardecer y no tiene nada que ver. La marabunta desaparece a eso de las seis o siete.
Si aguantas, la luz de última hora pega contra la arcilla y los colores se vuelven radiactivos. Naranjas, rojos intensos… parece otro planeta. Te quedas ahí arriba solo, escuchando el viento, y flipas con la que liaron los romanos aquí para sacar cuatro pepitas de oro.
Y dos cosas rápidas antes de que se me olvide: llévate agua, por Dios. Arriba no hay kiosko ni nada. Como te entre la sed después de la subidita, lo vas a pasar fatal. Y cuidado con apurar la hora al bajar: si se hace de noche, la oscuridad ahí es total. No se ve un carajo.
Dudas rápidas si vas a subir
¿Se puede subir con niños al mirador?
Sí, al mirador exterior sin problema, hay vallas y es seguro. Lo de las galerías ya depende del niño. Está muy oscuro y el suelo es irregular. A mi sobrino le encantó la aventura, pero si son miedosos con la oscuridad, mejor quédate fuera.
¿Cuánto cuesta la entrada?
El mirador al aire libre es gratis. Llegas, miras y listo. Lo que cuesta dinero son las Galerías de Orellán (el túnel). Suelen ser unos 3€ por persona e incluye el casco. Lleva suelto, que a veces la cobertura del datáfono va y viene.
¿Hay que reservar antes?
Qué va. Llegas allí y entras. Solo he visto colas bestias en festivos muy señalados. Si vas un fin de semana normal, entras sobre la marcha.

